Es uno de los hackers profesionales más importantes del mundo. Es de Paraná. Su empresa Argeniss –socia de la Unión Industrial de Entre Ríos- ha desarrollado software para Vimeo, IBM y hasta la Nasa. Es, además, gerente de una compañía norteamericana y ya presentó un informe sobre los peligros que encierra la evolución de los robots.

Si los lugares ofrecen algunos datos sobre sus habitantes más frecuente, en este caso el orden, el silencio y la luz menguada de la oficina de César Cerrudo podrían revelar que el experto anula la mayoría de las distracciones que puede tener un espacio de trabajo, llámese radio, TV, luces estridentes. Su oficina está dominada por un amplio escritorio y presidido por su herramienta principal: la computadora. También hay estantes y libros de todo tipo, que van desde su interés por el marketing y los negocios, hasta la logosofía.

Cerrudo pasa unas seis horas en la oficina de su casa. Desde ahí se conecta con el mundo, que por cierto lo distingue como un auténtico especialista. Uno de los mejores en realidad. Por lo menos cuatro veces al año ofrece conferencias en algún lugar del mundo. Puede ser Las Vegas, Saint Martin o Hong Kong. Vive en Paraná, en calle Vélez Sarfield y tiene su empresa a pocos metros de allí, por Mitre, pero su visión y su particular modo de detectar tanto fallas como posibilidades, le dio un juego de llaves del mundo. Los software creados por la empresa de Cesar Cerrudo han llegado a IBM, Vimeo y hasta a la NASA.

Él, su nombre, se conoce más allá del complejo universo de la industria del software y la tecnología desde que el New York Times dio a conocer una historia de gran impacto: Cerrudo había detectado fallas en la seguridad del sistema de control de tránsito en Manhattan. Demostró que desde su computadora podía poner a temblar toda la organización urbana de una de las ciudades más importantes del mundo. Señaló las fallas de un sistema, como quien proyecta de repente la vieja pesadilla de un colapso, tantas veces imaginada en pantalla grande. Él, por caso, podía dar luz verde a todos los semáforos.

Antes ya había detectado fallas, por ejemplo, en la seguridad de la base de datos de Microsoft, del mismo modo que hace poco se adelantó a un problema que, otra vez, nos lleva a la memoria cinematográfica: ¿quién no se acuerda de la trama de Terminator?

Cerrudo realizó un informe sobre los problemas de seguridad que asoman con una tendencia creciente e irreversible.  En su escritorio tiene un robot de unos 60 centímetros, blanco y rojo, que le obedece, baila y conversa.

“No es común, todavía, ver robots en la casa de la gente o en los comercios, pero está creciendo todo lo que sea robots comerciales, para atención al público, venta, robots industriales, pero no ya como los conocidos hasta ahora, sino más inteligentes, que hacen distintas acciones e intercambian con las personas”.

Todavía son muy caros, dice Cerrudo, pero en dos o tres años el uso de robots va a estar extendido y ese avance tiene aparejado ciertos riesgos.  “La parte de seguridad es muy importante, porque si son hackeados puede tener un impacto distinto que en la computadora, se puede hacer que lastimen a alguien”, explica. Más o menos como se cuenta en Terminator.

Cerrudo es hacker profesional y experto en seguridad, por eso resulta de los más lógico que frente al difundido ataque virtual de semanas anteriores haya resultado fuente de consulta. Sabe de qué se trata y se dedica a anticiparse a los problemas. En eso es muy preciso: es mejor pensar la seguridad desde un principio. Y es importante que la gente tome precauciones similares en la vida real que en la vida virtual: en la computadora, ejemplifica Cerrudo, también es conveniente no hablar con extraños, cerrar bien las puertas, conectar la alarma.

Más allá de las metáforas, es un especialista que sabe llevar a aspectos bien concretos un trabajo que le demandó años de investigación y estudio obsesivo. Cuando Cesar Cerrudo inició su camino no existía internet y el acceso a la computadora tampoco resultaba sencillo.

Desde la Bazán y Busto y sin PC

Hijo de un padre bancario y madre empleada en el Tribunal de Cuentas de la provincia, Cesar Cerrudo es el mayor de cuatro hermanos varones que crecieron por la zona de Monte Caseros y Casiano Calderón. También por el barrio fueron a la escuela. César hizo la primaria en la Pedro Giachino y secundaria entre Bazán y Bustos y el Instituto Juan XXIII. Se interesó por la electrónica y tuvo alguna experiencia en computadoras con una spectrum que llegó a su casa al filo de los 80´.

Sin embargo, a la hora de elegir carrera probó en Santa Fe con ingeniería química, aunque no duró mucho más de un año. La segunda opción fue estudiar analista superior en sistema. A los tres años se recibió de programador.

“Me gustó y cuando empecé no tenía computadora, recién al tercer año de facultad tuve mi computadora. Estudiaba y aprendía más de lo que me daban en la facultad. Me ponía aprender por mi cuenta y ya entonces me gustaba la parte de su seguridad, de hacking. No había internet y los libros eran viejos, resultaba difícil conseguir información actual”, recuerda.

La llegada de internet, el acceso a la red, cambió las cosas de modo definitivo: ya no había restricciones.

“Siempre tuve facilidades con la parte técnica, me gusta tener desafíos, resolver problemas”, dice César y suelta una definición a medida de un libro sobre hackers: “Una computadora te da poder, si la podes programar podes hacer de todo. La limitación es tu conocimiento”.

Dio clases de computación, comenzó a desarrollar programas, se dedicó a investigar y detectar fallas. Observó los problemas de seguridad de uno de los bancos de datos más grandes del mundo. Publicó sus trabajos y ganó renombre y prestigio en el ámbito de su especialidad. Todo eso, aún, con una computadora que no tenía la capacidad necesaria. Empresas de Estados Unidos lo contrataron para desarrollar servicios en seguridad, consultoría en seguridad y herramientas específicas.

Desde 2011 es gerente en tecnología de IO Active, una importante empresa de Estados Unidos, pero además encabeza su propia firma que, desde Paraná, desarrolla software y aplicaciones para móviles a distintos lugares del mundo.

Para dar un ejemplo concreto, explica César, “uno de nuestros clientes es Clow Cheker y recientemente vendió la mayoría de su empresa en 50 millones de dólares. Nosotros habremos hecho el 80% de ese software”.

En la actualidad Argeniss realiza una aplicación móvil para el Gobierno de Entre Ríos. Contempla noticias, cronograma de pagos, boletín oficial y transmisiones en vivo. “Es uno de los muy pocos proyectos que hemos hecho acá”, dice César.

La potencialidad de su empresa es tan amplia que no vislumbra un límite preciso. En realidad sucede en el negocio lo que Cerrudo explica, de modo muy claro, como un principio de un hacker profesional, de uno de los más importantes del mundo en este caso. “Una computadora te da poder, si la podes programar podes hacer de todo. La limitación es tu conocimiento”. Lo dice Cerrudo, desde su escritorio en penumbras, bien cerca de su familia, con ese modo de estar y mirar de quien atraviesa los minutos en un estado de atención permanente, tanto en dirección al sentido en que avanza el universo virtual, como hacia la búsqueda interior sobre el sentido de lo humano.