Marcelo Manucci, especialista en gestión de las emociones y del cambio, generó una serie de interrogantes durante la XIV Jornada de la Industria de Entre Ríos, que invitaron a pensar cómo atravesamos el presente en medio de la incertidumbre, sin dejar de tener una apertura que posibilite mirar hacia el futuro y crear algo distinto.

“Diseñar el futuro en la incertidumbre del presente”, fue el título de la disertación que encaró Marcelo Manucci durante la XIV Jornada de la Industria de Entre Ríos. El psicólogo especializado en gestión de las emociones y del cambio puso sobre la mesa una serie de interrogantes que irrumpieron en el salón del Centro Provincial de Convenciones de Paraná, con el objetivo de pensarnos y explicarnos, sin perder de vista el desafío de crear algo distinto y generar transformaciones estructurales.

“Sin fututo es imposible negociar con el presente. La gente se enferma cuando pierde su futuro, el sentido de inspiración que le da sentido a su vida cotidiana”, sostuvo al comienzo de su charla. Al respecto, planteó que este sentido está dado desde el momento en que explicamos lo que vivimos mediante un relato. “Marcamos emocionalmente y lo explicamos”, afirmó. Sin embargo, todo ello se da en un contexto de inestabilidad, que nos obliga a gestionar la incertidumbre y, a la vez, levantar la mirada.

Quizá sobre el inicio de la ponencia generó más dudas que certezas en el auditorio. Pero es en las frases de la reflexión final donde se conecta lo dicho y se abre otra mirada para encarar el momento que atraviesa el país. “Tenemos el enorme desafío de ser partícipes de un nuevo destino, en el lugar que nos toque jugar. Que resolvamos esta coyuntura, no significa que resolvamos el futuro. Se puede volver a repetir la coyuntura cuando estructuralmente no cambiamos nada. Somos este presente pero no es lo único que hay”, aseguró.

Futuro

Una de las primeras preguntas que propuso pensar Manucci fue “¿dónde está en futuro?”. En este sentido, señaló que no está en el tiempo, si no que se trata de una inspiración que radica en el espacio. “No vivimos en una secuencia de tiempo. Vivimos en un mundo explicado. Marcamos químicamente y explicamos. A partir de explicar vivimos dentro de nuestro relato”, indicó.

En este sentido, consideró que el horizonte marca la distancia con el futuro y son las situaciones, las experiencias, las que marcan nuestro presente. Desde esta perspectiva, afirmó: “La relación con el futuro está relacionada con nuestra conexión emocional de los hechos. Las emociones son la química que prepara el cuerpo para determinada acción, es biología pura”.

Sin embargo, la reflexión que conectó con este punto no es menor para entender cómo atravesamos las crisis en la Argentina. Según expresó, biológicamente tenemos un sesgo hacia lo negativo y son estas emociones las que primero se manifiestan ante lo nuevo. Para lo positivo, en cambio, tenemos que entrenarlo.

Incertidumbre

Otro de los interrogantes se focalizó en la incertidumbre, a la que consideró como “la imposibilidad de predecir con certeza el movimiento en el tiempo”. “Frente a ese hueco –incertidumbre- se activan emociones negativas”, acotó.

Con la analogía de una jirafa enterrada en la nieve, sin poder moverse y desconcertada por el paisaje, Manucci reflexionó que ante un cambio de contexto de manera abrupta no sabemos qué hacer, incluso “con la gravedad de que cada paso que damos nos enterramos un poco más”.

En relación a esto también profundizó sobre la complejidad de la situación, la diversidad de actores que se interrelacionan y la emergencia que se desata ante la inestabilidad.

“Es un estado que pierde referencia. Lo que ordenaba no ordena más, no tiene la fuerza de antes”, agregó, y planteó además sobre la necesidad de entender que una cosa es gestionar la incertidumbre y otra la gestión de un proyecto en un contexto de incertidumbre.

Apertura

La clave, para el especialista, pasa por extender el paisaje, mirar más grande el territorio, mirar los intereses entrelazados, mirar más lejos en el tiempo. “Ampliar la mirada: contrastar ideas, reconocer emociones, desafiar estereotipos”, propuso.

Manucci cuestionó que estamos formados para vivir en la estabilidad, cuestión que no existe. Entendiendo esto, señaló que la pregunta es cómo atravesar el territorio. “La incertidumbre aparece cuando miro el territorio y trazo un proyecto”, sostuvo, pero analizó que “las limitaciones son del contexto y los límites son míos”. Cómo yo negocio con esas limitaciones es el desafío.

En este contexto, reconoció que se presentan una serie de paradojas, apuntadas a la supervivencia, el desconcierto y el agotamiento. De todos modos, insistió con tener una apertura, levantar la mirada y conectar con lo nuevo.

“Creen lo nuevo, tengan la capacidad para crear algo distinto; renovación; sean artífices de lo nuevo, que lo nuevo sea posible; hay que mirar más lejos en el tiempo y recuperar la proyección del entusiasmo”, concluyó.