Diego Coatz: “La inflación es el gran desafío de la Argentina”
La Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) convocó al economista Diego Coatz para analizar la coyuntura económica e industrial, con el foco puesto en cómo se comportarán las variables en 2023. Durante la charla brindada este jueves de manera virtual, el director Ejecutivo y economista Jefe del Centro de Estudios (CEU) de la Unión Industrial Argentina (UIA) planteó que “la inflación es el gran desafío” del país.
La exposición convocó a directivos y socios de la entidad. En ese marco, primeramente Coatz reconoció que durante 2021 y 2022 se produjo “una recuperación de parte de lo que se perdió en la pandemia en la economía y a nivel industrial un poco más”. De todos modos, aclaró: “Recuperamos parte de lo perdido contra una base muy baja. Al menos algo recuperamos”.
Del mismo modo, planteó que este proceso de recuperación de la actividad “se dio con inconsistencias macroeconómicas” y recordó que se trata de un “rebote” ya que “Argentina tiene un gran problema de crecimiento económico de casi 10 años; es una década perdida”. Incluso, advirtió que desde septiembre en adelante –a partir de las medidas de ajuste nacionales– se produjo un pequeño freno en el nivel de actividad. “Hasta septiembre hubo crecimiento y luego hubo una caída y amesetamiento”, sostuvo.
En cuanto al arranque de 2023, señaló que enero y febrero arrastran el escenario de los últimos meses del año pasado. “Muchos sectores vinculados a la industria empiezan a resentir su nivel de actividad, pero de forma muy heterogénea. Varía según sector y rubro, de acuerdo a la dinámica de cada uno”, manifestó.
En relación a este freno, aseguró que se produjo “básicamente por estas correcciones macro que se empezaron a hacer desde que asumió el nuevo ministro, con la suba de tasa de interés y la corrección fiscal que están impactando en la actividad”. Incluso, como tercer elemento, alertó por la brecha cambiaria y los problemas para generar dólares. “Se acortaron los dólares necesarios para el abastecimiento de insumos”, remarcó.
En este contexto, también consideró: “La parte positivo que si uno se paraba a mitad del año pasado, se pensaba que iba a haber una gran devaluación y una brecha mayor. Cierto intento de racionalidad de la conducción económica evitó que sucediera ello, evitando una devaluación, pero acumulando problemas a futuro”.
¿Qué pasará en 2023?
“2023 va a ser un año muy complejo”, sintetizó Coatz, quien señaló que las dos variables a prestar atención son el nivel de actividad y de inflación. Al respecto, brindó una lectura sobre el escenario internacional. “Es difícil escindirse de lo que pasa en el mundo. Las recuperaciones en los países fueron diferentes”, acotó.
En esa línea, expresó que “el mundo industrial mostró cierta resiliencia en la pospandemia y hubo cierta recuperación en un contexto de precios más altos, por menos oferta y mayor demanda, que generó aumento de los precios de los bienes que impactaron en el mundo y Argentina”. No obstante, advirtió: “El rebote que hubo después de la pandemia empieza a aflojar, con tensiones en las cadenas de suministro y en el comercio”.
En este contexto internacional, planteó: “Cae la actividad, pero también está cayendo la inflación, como el precio de la energía y los commodities industriales”. Por ello, con vistas al desafío central de la Argentina de desacelerar el proceso inflacionario, postuló que “la reducción no va a hacer que baje tan rápido, pero colabora para que los números de noviembre y diciembre sean más cercanos al 5% que al 7,5% mensual de mediados del año pasado».
En otro orden, Coatz se refirió a los desafíos cambiarios, monetarios y financieros de la administración nacional, reconoció la necesidad de mejorar la competitividad para generar dólares, pero al mismo tiempo alertó por los peligros que ello implica. «Una devaluación en el corto plazo siempre es recesiva», afirmó.
Atado al mismo tema, señaló que otro desafío en 2023 que afectará a las empresas es la necesidad de dólares para costear las importaciones, que actualmente se rollean por un promedio de 8.000 millones de dólares mensuales. En relación a ello, acotó que el tipo de cambio real está “cada vez más complicado” y agregó que este es un tema a seguir de cerca por las empresas, que también se vieron afectadas por la suba de tasas de interés, mayores costos logísticos y las paritarias.
Finalmente, insistió que la inflación “es el talón de Aquiles, es el gran desafío del programa cambiario y de estabilización que se piense”, mucho más en un año electoral. La pregunta del millón, opinó, será cuál va a ser el nivel inflacionario. “Dependerá si se puede evitar la devaluación y cómo sea la dinámica de la brecha cambiaria y el control de las importaciones. El REM dice que se van a mantener en los guarismos del año pasado”, manifestó.