“El rol de la empresa en la comunidad debe trascender”
Franco Fontana es hoy un eslabón clave dentro de la empresa familiar que fundaron su abuelo y su padre en Aldea María Luisa. Con un rol más activo en la industria y su participación en UIER Joven, reflexiona sobre la importancia que adquiere Julicroc para la comunidad, además de poner en palabras los desafíos que tienen por delante.
Julicroc es una de las industrias entrerrianas pioneras en la elaboración de galletitas y snacks. A más de 30 años de sus orígenes en Aldea María Luisa, Franco Fontana cuenta cuáles son los desafíos que tienen por delante como empresa familiar y reflexiona sobre la importancia que adquieren para el lugar donde están insertos. “El rol de la empresa en la comunidad debe trascender”, expresa, en diálogo con la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), entidad de la cual forman parte y aportan a través del Departamento Joven.
La firma que hoy genera 83 puestos de trabajo directos, fue creada en 1987 como un emprendimiento familiar, de la mano de Pascual Fontana y su hijo Hernán, padre de Franco. En sus inicios, Julicroc se enfocó en la producción de galletitas dulces y saladas, pero luego, en 1992, dio un paso más y comenzó con la elaboración de palitos de maíz, como nunca se había hecho en la provincia.
Pasados los años, a partir de inversiones realizadas para dotar a las líneas de producción de moderna tecnología, además del traslado de la planta al Parque Industrial de Crespo, la firma se convirtió en un fabricante de vanguardia. Entre sus productos, se destacan las papas fritas clásicas y saborizadas, palitos de maíz de varios sabores, bolitas crocantes dulces, maíz expandido azucarado, pochoclos, maní tostado y salado y pochoclos, galletitas Doninas Sin Tacc y la nueva línea de snacks horneados Tostinas. Incluso, recientemente lanzaron al mercado los Cascarones y próximamente se vendrán los Conitos.
Al respecto, el joven licenciado en Administración de Empresas destacó el crecimiento exponencial que tuvo la empresa, que la llevaron en los últimos años a comercializar sus productos de manera directa a más de 20 provincias, además de exportarse a la República Oriental del Uruguay. Según cuenta y remarca en la entrevista, todo ello fue posible de la mano del trabajo en familia y de sus trabajadores, que día a día aportan lo mejor de sí para la organización y sumar nuevos desafíos, incluso para sobrellevar la pandemia que afecta al mundo y obtener de todo ello un aprendizaje.
Experiencia en la empresa
—¿Cómo fue el proceso de tu inserción en la empresa?
—Al ser la empresa familiar, desde muy temprana edad me vinculé, conociendo todos los pormenores, éxitos y fracasos. Colaboré en lo que se podía desde los comienzos, que siempre hubo muchísimo para hacer.
Finalicé mis estudios en 2016 y me pude dedicar 100% a la empresa. Es un lugar donde me siento muy cómodo, porque es un ambiente muy sano de trabajo, que se valora la proactividad, la predisposición y se permite equivocarnos siempre y cuando sea bienintencionado. Y esto genera mucha confianza y seguridad en lo que uno hace.
—¿Qué cambios observás hoy, teniendo en cuenta tu propia experiencia?
—Hoy hemos generado una organización de trabajo mucho más fluida, profesionalizando cada día más las áreas, generando una comunicación fluida entre las mismas, opiniones interdisciplinarias en la toma de decisiones, clima de respeto, compromiso en cada uno de los integrantes, entre otras cosas.
—¿Cuál es la impronta o tu diferencial que sumás al crecimiento de la firma?
—Como todos los integrantes de la organización, cada uno aporta sus conocimientos, su impronta, habilidades y por ello somos lo que somos.
En cuanto a mi humilde aporte, es aplicada a los conocimientos de la administración profesionalizada, pero con un enfoque comercial. Sabemos que la parte comercial y administrativa generalmente no están tan alineadas entre sí, por eso la idea es romper con esa regla. Colaboré con estructurar el sector financiero de la empresa para poder prever excedentes o faltantes y poder administrarlos de una manera más organizada. Así también aporté a un cambio de imagen y a campañas de marketing apuntadas a públicos de nuestro interés.
—¿Qué aprendizaje te está dejando esta pandemia en el trabajo en la empresa?
—Esta cuarentena afianzó el compromiso, confianza y responsabilidad con nuestro personal, clientes y proveedores. Agradecemos a todos por la cooperación mutua en esta difícil situación que entre todos juntos vamos a afrontar.
Trabajar en familia
—¿Cómo es trabajar en familia? ¿Cuáles son los pro y contra de tomar decisiones?
—Trabajar en familia es maravilloso. Hernán, mi padre, es el director; Claudia, mi madre, se encuentra en Administración; Paola, mi hermana, es Ingeniera en Alimentos, y yo licenciado en Administración como responsable comercial y asesor financiero.
Hemos logrado una sintonía perfecta entre cuestiones de familia y la empresa; mérito de mis padres, que dan lugar en la empresa, permiten equivocarse, sentirse confiado, estar cuando uno necesita algo. Cada uno conoce el rol que cumple en la empresa, cada uno se encuentra en un sector distinto, cada quien tiene su propia mirada de las cosas. A la hora de tomar las decisiones participan las opiniones de la familia como cada uno de los gerentes cuenta, pero la decisión final es del director y nadie cuestiona eso. Cuando la decisión está tomada, todos seguimos ese rumbo con convicción. Creemos en la visión de la empresa, creemos en el líder y creemos en cada uno de los integrantes de la organización.
—¿Qué desafíos tienen aún pendientes por desarrollar?
—Seguimos en continuo crecimiento y reinversión. El crecimiento y la expansión de la empresa genera desafíos en cada una de las áreas, tanto organizacional, de estructura, de metodología de trabajo, profesionalización, delegación, capacitaciones.
—¿Cuál creés que es el aporte que la empresa le da la comunidad donde se inserta?
—Entendemos que el rol de la empresa en la comunidad debe trascender, ser una entidad que aporte a la comunidad, no sólo cumpliendo con los pagos de sueldos y obligaciones fiscales. Julicroc está comprometida con entidades sin fines de lucro, aportando para que puedan cumplir con sus objetivos, tanto con comedores infantiles, instituciones deportivas y medioambientales. En la relación con instituciones educativas, se brinda apoyo en investigaciones, capacitaciones, visita a estudiantes, entre otros. Además, cuidamos todos los recursos, innovamos en procesos para que sean lo más eficientes con el medio ambiente, generando lo menos posible y en algunos casos residuos cero. Encaramos el crecimiento de la empresa como desarrollo sustentable, utilizamos productos de limpieza que generen el menor impacto posible en el medio ambiente.
Aporte institucional
—¿Por qué decidieron participar de la UIER?
—Nuestra participación en la UIER fue para estar representados por la misma ante instituciones gubernamentales, presentar problemas comunes en las industrias, conocer, buscar o desarrollar posibles soluciones con la entidad, entender las realidades de cada uno de los sectores representados.
—¿Qué aportes considerás necesarios en el plano institucional a través de tu participación en UIER Joven?
—Compromiso en el grupo, con reuniones periódicas, espacios de debates sobre temáticas actuales, tendencias, donde cada uno aporte desde su realidad para llegar a consensos. Siempre con respeto y cordialidad en el grupo.
—¿Qué mensaje le dejás a los jóvenes emprendedores o aquellos que aún tienen un sueño por comenzar?
—Cualquier emprendimiento que se haga, debe ser con pasión y convicción, como propósito de vida; que armen un equipo de trabajo que todos estén alineados, que se persiga ese objetivo común, que todos den el 100% de sí mismo. Y hay que perseverar, no se puede vencer a alguien que nunca se rinde. Aunque parezca imposible el emprendimiento, se puede.