El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina habló de un contexto «de retracción económica y del consumo». Además, pidió modernizar la legislación laboral
El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, afirmó que «las tasas de interés están presionando muy fuertemente en forma negativa» en un contexto «de retracción económica y del consumo». En ese sentido, remarcó que a los empresarios no les ayuda la inflación, sino que los perjudica «porque hace imprevisible la economía».
El dirigente sectorial, sostuvo en declaraciones a radio Estación Sur FM91.7, que 2018 «fue un año en que evidentemente la sequía ha impactado fuertemente en la cuestión de producción agrícola con consecuencias en toda las cadenas de valor y en la actividad económica en general», lo que se conjugó con «una economía globalizada que está sujeta a las turbulencias internacionales, comerciales y financieras».
En este sentido, aseveró que el empresariado debe «marcar la agenda empresarial y productiva, que está por encima de las coyunturas».
«Las tasas de interés están presionando muy fuertemente en forma negativa, desde el punto de vista de las empresas y de lo que hay que hacer para producir y para tener capital de trabajo, y desde el punto de vista del consumo porque es claro que es un momento de retracción económica y también del consumo», describió.
Sin embargo, Funes de Rioja reconoció que la visión de mediano y largo plazo dice que la Argentina va hacia una integración con el mundo. Asimismo remarcó que hay sectores productivos muy importantes, no sólo para el mercado interno sino para competir internacionales, que van desde el gas, el petróleo y la siderurgia, y también desde los alimentos.
«Ahora, temas como el litio se suman a la posibilidad de la Argentina de estar en el mundo competitivamente», añadió.
El presidente del Business 20, la versión empresarial del G20, explicó que para integrar el país al mundo «hay que recorrer un camino, resolver los problemas de competitividad y tener estabilidad macroeconómica».
En este punto, sostuvo que «a los empresarios no nos ayuda la inflación, nos perjudica porque hace imprevisible la economía». «Y esa imprevisibilidad es mala no sólo para el consumidor, al empresario no le conviene porque las previsiones de producción se hacen con una visión de cortísimo plazo. Pronto a algunos les van a costar los insumos, la energía, los salarios, el combustible, las tasas de interés», agregó.
Funes de Rioja vinculó la situación económica actual al arrastre de «décadas de problemas»: «Argentina ha sido un defaulteador serial, ha defaulteado muchas veces en su historia. Argentina es un país que, por otro lado, viene teniendo varias décadas de inflación alta, o hiperinflación en algunos momentos».
Para Funes de Rioja, «hace falta un gran consenso nacional, entre todos los sectores de la sociedad» para alcanzar «un país en orden, un país competitivo y eficiente, un país sin inflación, o con inflación normal, y un país que tenga un equilibrio fiscal y un equilibrio en sus cuentas públicas que nos garanticen que no fabricando inflación van a tapar los agujeros, porque en definitivamente esto es lo que ocurre y ha ocurrido».
En referencia a la «lluvia de inversiones», el presidente de la COPAL dijo que «ha habido mucha inversión que no se ve» y destacó que, además de la inversión en obra pública, «también hubo inversión petrolera y en la industria de la alimentación, pese a haber estado trabajando a un 60% de la capacidad instalada, el año pasado se invirtieron más de 2 mil millones de dólares, cuando veníamos en los últimos años del gobierno anterior con cifras de 600, 700 millones de dólares».
Consultado sobre la posibilidad de implementar una reforma laboral, Funes de Rioja explicó que hay «equilibrios que se han conseguido en el mundo en países donde tienen un sindicalismo importante y un empresariado responsable. «No veo por qué no los conseguimos en Argentina», señaló.
«Hay que modernizar cuestiones de la legislación. No sé si es reforma o una nueva visión. Yo diría que reformar es retocar lo que está, mientras que plantear una nueva visión es lo que yo creo y por eso hemos conjugado en el B20 y en el G20 la idea de educación y empleo», comentó.
Y concluyó: «En septiembre nos vamos a reunir con los ministros de Trabajo, los ministros de Educación, el sindicalismo internacional y vamos a llegar a plantear un diálogo fecundo que haga a esa nueva visión y a esa nueva estrategia».
Fuente: Ámbito