La gran deuda: una política industrial integral

Ante la insistente suba de tasas de interés que afecta a los sectores generadores de valor y la falta de medidas concretas para el desarrollo productivo, Diego Coatz, economista Jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), reflexiona sobre los problemas de la Argentina y la necesidad de impulsar políticas de Estado para el sector.

Diego Coatz, economista Jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), envió a la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) su reflexión sobre la necesidad de políticas de Estado integrales para el sector, lo que considera una “gran deuda”. El disparador del documento es la insistencia del Banco Central de recurrir a la suba de la tasa de interés para controlar el tipo de cambio y el proceso inflacionario, en detrimento de la actividad económica y generadora de valor y mano de obra. A continuación, compartimos su análisis:

“La política monetaria actual es producto de una serie de decisiones que parten de un diagnóstico incompleto de los problemas de Argentina. Existen un conjunto de dificultades que aún permanecen sin soluciones de carácter integral, por ejemplo: la falta de iniciativas para que nuestro entramado productivo pueda incorporarse de manera competitiva en las cadenas globales de valor y de esa forma se generen los dólares genuinos necesarios para el funcionamiento y desarrollo de nuestra economía.

La macroeconomía tiene que generar a previsibilidad para el desarrollo de la producción, diversificar las exportaciones y potenciar la industria nacional frente a la competencia desleal. Pero con la macro no alcanza, la clave es una política industrial (sectorial y regional) integral. Esta sigue siendo la gran deuda, políticas de Estado: logística, crédito, presión tributaria, etc.

En este contexto, hay herramientas que se están utilizando y que están afectando la actividad económica y al sector productivo. Específicamente, el control del dólar con tasas de interés elevadas es perjudicial para la producción en muchos niveles. Si continúa la volatilidad del tipo de cambio, la tasa de interés seguirá alta, presionando la situación financiera de muchas industrias y pymes. El sendero propuesto parece indicar que sólo habrá una reversión cuando las cuentas externas ajusten por el lado de las cantidades a partir de una menor demanda general de dólares dada una economía en contracción. En principio, esto podría empezar a verse para la segunda mitad de año y de manera heterogénea, en función de las características de cada sector.

Como decía, en Argentina, necesitamos acuerdos en materia productiva que formen parte de una política de Estado; es clave para generar condiciones claras en lo que refiere a las decisiones de inversión –elemento determinante para el crecimiento y el desarrollo–. Los últimos años deben servir de aprendizaje para comprender que, si al sector industrial no le va bien, al país en su conjunto le termina yendo mal. La importancia de la industria está sustentada en el ahorro y la generación de divisas genuinas, el sostenimiento del empleo formal y de calidad, la potenciación de las regiones alejadas de los centros urbanos tradicionales y la generación de conocimiento y tecnología argentina, entre otros”.