“Más allá de lo emprendedor que uno puede ser, en el ser humano siempre hay una cuota de optimismo”
El Grupo Motta está desarrollando importantes inversiones por más de 40 millones de dólares en la ampliación y modernización de sus empresas emblemáticas, Calisa y Cobise. Para 2022 piensan multiplicar su producción y llegar con más productos al mundo, desde su sede central en General Racedo. En un extenso y ameno diálogo con Paralelo 32, el presidente de Calisa, doctor Augusto Motta, acompañado por el contador Juan Pablo Motta, otro importante directivo de la empresa de familia, explicó las características de las inversiones. Además, realizó una descripción de la firma que está presente en más de 20 naciones del mundo y provee a importantes cadenas de supermercados y cadenas de comercialización de alimentos. También se refirió a los recursos financieros, que debieron buscar fuera del país para estos emprendimientos.
– ¿Cuáles son las inversiones que están realizando?
— Tenemos dos proyectos. El primer proyecto está en Racedo, es una nueva planta, le dimos el nombre Calisa Dos, porque su ubicación está en el mismo predio de Calisa. Obedece a que uno de los pilares de nuestra empresa es la Habilitación 3811 que para el mercado de exportación es importante, tanto en China como en otros países somos referenciados por el número y no por el nombre. El hecho de haber decidido poner la planta en el mismo predio, nos permite mantener la misma habilitación internacional.
Inversión y desarrollo
– ¿Esta inversión es para producir más de lo que ya producen, o es para desarrollos nuevos?
— En realidad es para producir más. Cuando se inició el plan hace dos años, veíamos que teníamos una capacidad limitada de crecimiento y, a su vez, estábamos quedándonos tecnológicamente atrasados, y decidimos volcarnos a un proyecto de mayor producción en cantidad, sino también buscando nuevas tecnologías. El frigorífico actual fue inaugurado en 1999, estamos hablando de 20 años de un frigorífico que está en condiciones, pero desde entonces ha evolucionado mucho.
– ¿La nueva inversión es tecnología de punta a nivel mundial?
— Esto es como la Ferrari o cualquier marca de primera clase. Hay dos grandes empresas holandesas a nivel mundial que proveen equipos. Una de ellas nos proveyó la planta de Calisa Uno. En esta oportunidad, luego de estar casi un año discutiendo y analizando las propuestas, hemos optado por la competencia para la planta de procesamiento. Además, hay más de 20 proveedores para la construcción y puesta en funcionamiento. Nos hubiese gustado acceder a tecnología nacional, pero está muy limitado.
– ¿La nueva tecnología permitirá algo más que la faena tradicional?
— La ampliación tiene dos motivos. Nos habíamos quedado cortos con nuestro crecimiento y la mayor oferta de nuestros productos; vimos también la posibilidad, a partir del comportamiento del mundo de la exportación, de separar los procesamientos de la carne de pollo y de la carne de gallina, que hoy hacemos en Calisa en dos turnos. En uno se procesa pollo, en el otro la gallina. Optamos por destinar la planta numero dos a la faena de pollo. Dejaremos la planta Calisa Uno exclusivamente para faena de gallina. La nueva planta estará preparada para procesar 15 mil pollos por hora.
— ¿Cuál es el plazo de obra?
— Entre mitad y fin del año 2020 haríamos las primeras pruebas, para llegar al 2022 con esa planta trabajando con una capacidad un 35% más que la producción actual de Calisa. Eso va a demandar mayor mano de obra y mayor colaboración de integrados; la búsqueda de socios estratégicos. Este proyecto conlleva una serie de anexos y mucho crecimiento para nosotros y la economía regional.
Consumo de gallinas
– ¿Qué destino tiene gallina faenada?
— Tenemos dos destinos importantes. Uno es África, con la que arrancamos en 2003 con una exportación de 80 toneladas. Hoy somos el frigorífico que hace el 75% de la producción nacional, estamos en 10 mil toneladas año. Hasta el año 2015, África fue el destino más importante. En el 2015, raíz de la caída de la demanda en África buscamos el horizonte en China. Estamos trabajando muy bien hace cuatro o cinco años, aparte de mandar las garras al mercado chino, que es muy conocido, hemos logrado enviar diferentes presentaciones.
– En nuestro país no hay mercado para la carne de gallinas.
— No, solamente en el norte, y diría que es un mercado del vivo. Por otro lado, la carne de pollo ha crecido en la oferta y significó que el pollo ganara al tipo de calidad de carne de gallina. Y ha mantenido un precio. Diría que Perú, en el continente americano, es el país con mayor consumo de gallinas, que usan para platos preparados de ellos.
Inversiones en Conscripto Bernardi
– Hay otras inversiones en el Grupo Motta.
— Si, el proyecto de Calisa Dos incluye también reformas viales, una segunda calle paralela a la ruta, una rotonda, y un proyecto que se ha aprobado con Vialidad Provincial. Sólo falta la decisión política del gobernador en acuerdo con nosotros. Por otro lado, en proyectos conexos con Calisa Dos hay otras etapas primarias que involucran la cabaña que nos va a proveer la materia prima nuestra, el pollito BB. Hace dos años está el proyecto Cobise Uno en Conscripto Bernardi. Ahora, hemos radicado ahí, a 20 kilómetros, lo que hemos llamado Cobise Dos. La parte que nos va a proveer pollitos BB. Es un complejo de nueve núcleos, similar a Cobise Uno. Están los núcleos de recría y seis núcleos de producción en más de 500 hectáreas que forman un pulmón sanitario. Buscamos una zona como la del norte de nuestra provincia, donde la bioseguridad está mejor desarrollada porque estamos apartados de producciones como la porcina o avícola, donde tenemos alta densidad en esta zona.
— ¿Qué se hace allí?
_ Traemos el par genético, macho y hembra, desde Estados Unidos. Se alojan galpones de recría y producción; de ahí sale el huevo fértil que es traído a las dos plantas de Racedo: la planta para postura de huevo y la que produce el pollo parrillero para nosotros. Ahí va a ser necesaria una readecuación del modelo productivo de nuestras plantas de incubación, porque vamos a necesitar mayor capacidad. Pensamos que en Cobise dos va a estar la planta de incubación número tres. También fábrica de alimentos balanceados, seguro; porque la demanda en bioseguridad implica alimentos exclusivos para reproductoras, sin traslado de materias primas ni de cereal.
– ¿De cuánto va a ser la inversión?
— Hoy está en 22 millones de dólares para Calisa Dos, y para Cobise Dos el monto asciende a 20 millones de dólares. Son dos inversiones importantes en la provincia, en una situación del país que está un poco estancado. Creemos que va a hacer bien y habla bien de los entrerrianos que siempre vamos para adelante.
En el hemisferio sur
– El hecho de estar en el ‘hemisferio equivocado’ para la economía, el hemisferio sur, con pocos países y muchos océanos, ¿juega en contra en materia de costos logísticos y de transporte al buscar mercados en el norte: África, China, Europa, Medio Oriente? ¿Hay un diferencial negativo para el empresario argentino por el hecho de estar tan alejado?
— Si nos comparamos con otros países del sur, como Chile, es mucho más chico que Argentina pero tiene unas ventajas arancelarias y de fletes, muy importantes, que lo hacen competitivo frente a nuestro país. No es un problema del cono sur. Me parece que el tema pasa por las políticas de Estado que a veces hacen que se le dificulte mucho más a un empresario argentino llegar a China.
Está el mencionado caso de cuánto cuesta el flete desde el norte hasta el puerto de Buenos Aires, frente al costo menor del flete desde nuestro puerto a China. No hay comparación. Son cuestiones muy cerradas. Desde la cámara abrimos la discusión de fletes y reducción de aranceles, pero son cuestiones complicadas al buscar soluciones que ya no dependen de la parte privada, sino del Estado.
– Pero es más por cuestiones políticas que por un determinismo geográfico.
— Sí, claro, para decirlo de manera más directa, hay una falta de incentivos. El país necesita una política de largo plazo que nos permita tener ventajas que, comparativamente, nos igualen con nuestros países vecinos. Sufrimos la falta de competitividad en fletes, costos de transporte. Cuando comentamos lo que cuesta transportar un pollo mil kilómetros, nadie te lo cree.
¿Supermercado del mundo?
– Si tiene que pedirle al presidente o al ministro que corresponda, dos o tres cuestiones que deberían atender en favor del empresario argentino, ¿en qué centraría su pedido?
— A través de la UIA, lo ha hecho mi padre (Héctor Motta), y también a través de la Cámara CEPA, en el último tiempo nos han subido los derechos de exportación; han incrementado el costo de poder exportar. Es una de las incongruencias que escuchamos cuando decimos que queremos ser el supermercado del mundo; pero, por otro lado, se nos carga con los costos adicionales que determinan que no seamos competitivos y que no podamos realmente llegar al mundo. Hay que buscar una política de comercio exterior a largo plazo, que no dure lo que dura un gobierno o un color político. Debe ser una estrategia de comercio exterior que incentive de manera concreta a la actividad productiva y de exportación de valor agregado.
– Recientemente a los exportadores les dijeron ‘les favorece muchísimo la paridad cambiaria, vamos a quedarnos con algo, les cargamos un arancel progresivo’. Somos un país imprevisible. Grupo Motta exporta en las buenas y en las malas, pero cuando empezó a favorecerlos el dólar aumentaron los aranceles de aduana. ¿Qué se hace en un país así? Sorprende que en ese escenario haya quien diga vamos para adelante.
— Cuando me preguntaron recién el porqué del proyecto, más allá de lo emprendedor que uno puede ser, creo que siempre en el ser humano hay una cuota de optimismo. Más allá de nuestros problemas, pensamos en que algo positivo va a venir. No sé si pecamos de demasiado optimismo. Creo que tiene que ver con nuestra cultura, de mi padre y de mi tío, que siempre fueron personas de ir para adelante. Tener esa esperanza de que esto va a mejorar en algún momento. Creo que todo el país está esperando. No creo que con una medida se solucione, pero estamos esperando que salga el sol y se iluminen las mentes.
– Mientras tanto, la empresa se va cargando de responsabilidades. ¿Cuántos empleados tienen?
— Estamos rondando los 700 empleados entre Calisa y Cabaña Feller. Muchas veces, cuando hablamos con gente de Buenos Aires que nos pregunta por qué no vivimos en Rosario o Buenos Aires, decimos que estamos muy cómodos en Crespo. Nos sentimos cómodos, pero lo que resaltamos es que gran parte de nuestros empleados saben dónde vivimos, somos gente expuesta. Cada paso que damos con inversiones, nos cuesta realmente y nos pone en una encrucijada. Sabés que empezás, no podés parar y no podés errar. Es el desafío de querer mejorar; porque en esto la empresa va a duplicar, va a tener desarrollos nuevos, pero detrás de todo eso está el crecimiento económico y productivo. Después lo que trae a nivel social todo ese crecimiento. Sabemos lo que era Racedo hace treinta años. Es un punto que hace que parezcamos un poco locos y hablemos de caminos, de mejorar las rutas, de la escuela, hablemos de un proyecto forestal, de la laguna de efluentes industriales.
Tratamiento de efluentes y forestación
– ¿Habrá cambios en la laguna de tratamiento?
— Hace cuatro años, pensando en la ampliación, incorporamos tecnología alemana que saca la grasa que contiene el agua, para tratar de reducir el contenido de grasa en la laguna y salir con el efluente en los índices que exige la ley actual en Entre Ríos. Con ese equipamiento necesitamos menos capacidad de laguna. A una la hemos desecado y eliminado. Ahora vamos por la eliminación de una segunda laguna. A las dos primeras las vamos a cerrar y vamos a ir por la producción de gas metano. Con la reducción de las lagunas, se llevará el agua para utilizarla para riego forestal con efluentes tratados.
El ex secretario de Medio Ambiente, ingeniero Raffo, está trabajando con un equipo de ingenieros nuestros en un proyecto que en el ingreso de Racedo, en 33 hectáreas en un predio particular de Héctor Motta, contempla la forestación en dos etapas con distintas especies. Vamos a reducir el impacto ambiental y con las especies plantadas vamos a generar oxígeno para 6.000 personas. Teniendo en cuenta que la población de Racedo son unas 600 personas, estamos generando una huella de carbono positiva.
– No es una forestación comercial, es ambiental y ornamental.
— Sí. Son tres tipos de especies. Está viniendo el próximo 12 de febrero el ingeniero Aldo Rudi, un especialista de 85 años, para asesorar en los tipos de especies a plantar.
En las góndolas del mundo
– ¿Cuántos productos pone en góndola Grupo Motta?
— Más de 15 productos; pero en desarrollo debe haber más de 50. La gama puede estar en 70 productos que estamos desarrollando. Eso va cambiando, se dan de baja algunos y aparecen nuevos. El punto más débil que tenemos hoy va a llevar a una readecuación del Macro Plan de Asado, que también es otro gran signo pesos. Porque la materia prima para pre cocidos vamos a aumentarla y la planta de Asado va a tener que ampliar su producción. Más allá de eso, hoy estamos limitados en cuanto a tecnología de packaging y demás. Porque hay distintos países con distintas costumbres. Exigen packaging de cinco kilos o de diez kilos; o distintos canales de comercialización, como hotel, restaurante o catering.
En China, hay alitas de pollo en paquetes individuales listas para consumir. El mercado tiene tanta variedad de prácticas de consumo que a los mercados donde vamos, normalmente se nos exige tener las presentaciones que ellos requieren. Hoy estamos llegando, en Uruguay, con nuestros productos a los principales supermercados de Montevideo y Punta del Este. Tenemos un volumen de más de cien toneladas por mes. Pero no está la marca porque hacemos envases para terceras empresas que comercializan sus marcas. Otros productos van a granel, los supermercados los toman y ponen el packaging de acuerdo a sus conveniencias. Nos está faltando llegar a las góndolas con más productos nuestros envasados y con marca propia. Es uno de los desafíos más importantes que tiene Calisa hoy: imponer su marca en el exterior. Con lo que producimos en un lugar tan chiquito como Racedo estamos abasteciendo a cadenas grandes del mundo, como Burger King con la que estamos trabajando y hemos desarrollado un producto que es propiedad intelectual nuestra pero que todavía no lo han lanzado. Trabajamos también con Mostaza.
– ¿A cuántos países llegan?
— Activos, esto es, que llega mercadería nuestra, en el último mes fueron 14 países. Con habilitaciones estamos en más de 22. Sacamos este año 770 contenedores, en cada uno entran 25 toneladas. Enero fue el mes record en exportaciones desde el año 2014; sacamos 75 contenedores. Estamos haciendo dos millones de aves en el mes, y tenemos un tránsito de 30 camiones de aves vivas por día. Además, tenemos la planta de By Prot, donde hacemos las harinas de vísceras, de plumas y aceite de pollo.
– Podemos cerrar con un hecho anecdótico. Esta semana se jugó la gran final del fútbol americano, el Súper Bowl. Fue el día de mayor consumo de alitas de pollo en el mundo, porque entre ellos es la picada nuestra. Y en Estados Unidos una cámara pidió que se declare día de la alita de pollo frita. Evidentemente no es solo un plato de países pobres.
— La gente cree que ciertos productos van a mercados de poco poder adquisitivo, y no es así; hoy en día hay procesamientos de muy buena calidad. Lo bueno que siempre ha tenido el pollo es que todas las partes son consumibles. Estados Unidos es el mayor productor del mundo; está Canadá pegado, y nosotros hicimos el primer embarque con muestras de pollo después que se habilitara Canadá para la producción argentina. La primera muestra de pollo argentino para ser validado en Canadá fue nuestra. Después de eso vino la primera orden de compra. Como Estados Unidos tiene tanta demanda, países como Canadá surten esa demanda. De los últimos destinos habilitados, Canadá ha sido el destino estratégicamente más importante por el tipo de mercado que es, y su alto poder adquisitivo.
El riesgo país
– ¿Para la toma de un crédito privado juega el riesgo país?
— Sí. Cuando fuimos a un banco holandés, previamente estuvimos con la Agencia Holandesa de Créditos y una empresa aseguradora. Nos dieron dos referencias importantes: la importancia que le dan al medio ambiente y el tema macroeconómico del país. Sobre el medio ambiente produjimos un proyecto puntual de forestación. Es un proyecto anexo, pero para ellos es muy importante y lo valoran al momento de dar un crédito.
– ¿Y sobre el riesgo país y el tema macroeconómico?
— Vieron nuestros números, analizaron los flujos de fondos. Llevamos más de treinta indicadores y seleccionamos un par para la presentación. Nos dijeron ‘no hablen del país’. Porque a nuestro país lo conocen mejor que nadie. Nos subrayaron ‘ese tema lo omiten y en el caso que salga alguna pregunta den una frase general como ‘estábamos peor y pensamos ir mejor’. Fue la segunda sugerencia. El riesgo país ellos lo ven y suponemos que al momento de validar los montos del crédito van a tener en cuenta el contexto en el que estamos.
Iniciativa obligatoria
– Más allá de ser Grupo Motta una empresa familiar de iniciativa, da la impresión que el empresario no puede decir ‘hasta acá llegué’. Tiene que ir desarrollando, a veces por la demanda misma que tiene.
— Tal cual. Cuando hicimos el análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) del proyecto, el hecho de que Argentina ha evolucionado en materia avícola, porque somos grandes productores de proteína animal, veíamos como una de las amenazas la cercanía de Brasil y que otras empresas pudieran tomar esa cuota de mercado, no solo el mercado interno. Porque siempre hemos apuntado y mirado la exportación contemplando que el mercado argentino puede crecer y va a crecer. El hecho de hacer una planta nueva tenía como horizonte el hecho de no quedarnos en falta de oferta para el mercado internacional, que hoy tiene requerimientos importantes. Más allá que en algunos momentos pueda ser África, otros pueda ser China. Hoy estamos habilitados en más de 20 países; 14 son activos, estamos en Vietnam, en Canadá, en México, en Chile, Uruguay, y otros.
– Decir ‘vamos a estabilizarnos acá’ ya no se puede.
En la discusión de ampliar el proyecto se debatió en algún momento ampliar la planta actual. Había dos cuestiones que nos definieron por un proyecto nuevo. Al alto costo de readecuar la planta existente de Calisa, que iba a mejorar la productividad pero no en las proporciones que queríamos teniendo en cuenta la relación costo/beneficio que íbamos a lograr. Finalmente fuimos por este proyecto, que fue una decisión dura. Hoy estamos gestionando créditos en el exterior para darle curso y continuar la planificación de acuerdo al cronograma que nos hemos planteado.
Fuente: Paralelo 32