Recursos Humanos: el camino de la despapelización

En la sede de la Unión Industrial de Entre Ríos se realizó, el pasado jueves 12 de octubre, una reunión informativa de la que tomó parte la Secretaría de Trabajo del Gobierno de Entre Ríos y los integrantes del Departamento Recursos Humanos de la entidad.

El motivo central del cónclave fue trabajar en función una resolución adoptada por el organismo oficial (785), que avanza en sentido de la despapelización de determinados trámites que las empresas deben realizar ante dicha secretaría.

En ese sentido, se expresó el secretario Legal y Técnico de la cartera de trabajo, Matías Vittor, quien explicó los alcances de la nueva normativa, que fundamentalmente apunta a la obligación por parte de las empresas de presentar anualmente los libros de sueldos de modo íntegramente digital y mediante firma digital.

Por esa razón, también estuvo presente un representante de la empresa Encode S.A -una de las compañías en el país que trabajan en despapelización- para explicar de qué se trata de firma digital, cuáles son los pasos y aspectos a tener en cuenta en su implementación.

 


XIII Jornada de la Industria 2017


XIII Jornada de la Industria 2017


Más de 500 empresarios se dieron cita el viernes 22 de septiembre en el Howard Johnson Mayorazgo para participar de la 13ª Jornada de la Industria organizada por la Unión Industrial de Entre Ríos. Con la apertura del gobernador Gustavo Bordet, el Ministro de la Producción de la Nación, Francisco Cabrera, el presidente de la UIA, Miguel Acevedo y el titular de la UIER, Guillermo Muller, la actividad ofreció desde el inicio opiniones y planteos clave para el sector.

La convocatoria, que llevo por título “Educación e Innovación, camino hacia el futuro”, se distinguió por el alto nivel de disertantes: el reconocido intelectual, ensayista, columnista y docente, Santiago Kovadloff expuso en función de “El siglo XXI: un nuevo desafío para la cultura planetaria”; en tanto que el economista y experto en análisis de los sectores industriales, Dante Sica, desarrolló su ponencia a raíz de “La consolidación del cambio de modelo económico: Perspectivas y desafíos para la  industria frente al entorno”.

Además, se dio lugar a un espacio relevante para observar la situación política del país, junto a uno de los principales analistas de Argentina y presidente de Poliarquía Consultores, Alejandro Catterberg. En tanto que, directamente en relación a los temas planteados para esta edición, se sumó la experiencia de un verdadero experto en innovación: Martín Umaran, uno de los creadores de una firma argentina que resuena en el mundo: Globant

Por otra parte y de cara a las elecciones generales legislativas, la UIER convocó a los candidatos a diputados nacionales de las cuatro fuerzas políticas en competencia para la elección del 22 de octubre: Atilio Benedetti, Juan José Bahilo, Emilio Martínez Garbino y Nadia Burgos expusieron las ideas que llevarán al Congreso de la Nación de ser elegidos.


La mirada del empresario que se anticipa a lo que vendrá

Es uno de los hackers profesionales más importantes del mundo. Es de Paraná. Su empresa Argeniss –socia de la Unión Industrial de Entre Ríos- ha desarrollado software para Vimeo, IBM y hasta la Nasa. Es, además, gerente de una compañía norteamericana y ya presentó un informe sobre los peligros que encierra la evolución de los robots.

Si los lugares ofrecen algunos datos sobre sus habitantes más frecuente, en este caso el orden, el silencio y la luz menguada de la oficina de César Cerrudo podrían revelar que el experto anula la mayoría de las distracciones que puede tener un espacio de trabajo, llámese radio, TV, luces estridentes. Su oficina está dominada por un amplio escritorio y presidido por su herramienta principal: la computadora. También hay estantes y libros de todo tipo, que van desde su interés por el marketing y los negocios, hasta la logosofía.

Cerrudo pasa unas seis horas en la oficina de su casa. Desde ahí se conecta con el mundo, que por cierto lo distingue como un auténtico especialista. Uno de los mejores en realidad. Por lo menos cuatro veces al año ofrece conferencias en algún lugar del mundo. Puede ser Las Vegas, Saint Martin o Hong Kong. Vive en Paraná, en calle Vélez Sarfield y tiene su empresa a pocos metros de allí, por Mitre, pero su visión y su particular modo de detectar tanto fallas como posibilidades, le dio un juego de llaves del mundo. Los software creados por la empresa de Cesar Cerrudo han llegado a IBM, Vimeo y hasta a la NASA.

Él, su nombre, se conoce más allá del complejo universo de la industria del software y la tecnología desde que el New York Times dio a conocer una historia de gran impacto: Cerrudo había detectado fallas en la seguridad del sistema de control de tránsito en Manhattan. Demostró que desde su computadora podía poner a temblar toda la organización urbana de una de las ciudades más importantes del mundo. Señaló las fallas de un sistema, como quien proyecta de repente la vieja pesadilla de un colapso, tantas veces imaginada en pantalla grande. Él, por caso, podía dar luz verde a todos los semáforos.

Antes ya había detectado fallas, por ejemplo, en la seguridad de la base de datos de Microsoft, del mismo modo que hace poco se adelantó a un problema que, otra vez, nos lleva a la memoria cinematográfica: ¿quién no se acuerda de la trama de Terminator?

Cerrudo realizó un informe sobre los problemas de seguridad que asoman con una tendencia creciente e irreversible.  En su escritorio tiene un robot de unos 60 centímetros, blanco y rojo, que le obedece, baila y conversa.

“No es común, todavía, ver robots en la casa de la gente o en los comercios, pero está creciendo todo lo que sea robots comerciales, para atención al público, venta, robots industriales, pero no ya como los conocidos hasta ahora, sino más inteligentes, que hacen distintas acciones e intercambian con las personas”.

Todavía son muy caros, dice Cerrudo, pero en dos o tres años el uso de robots va a estar extendido y ese avance tiene aparejado ciertos riesgos.  “La parte de seguridad es muy importante, porque si son hackeados puede tener un impacto distinto que en la computadora, se puede hacer que lastimen a alguien”, explica. Más o menos como se cuenta en Terminator.

Cerrudo es hacker profesional y experto en seguridad, por eso resulta de los más lógico que frente al difundido ataque virtual de semanas anteriores haya resultado fuente de consulta. Sabe de qué se trata y se dedica a anticiparse a los problemas. En eso es muy preciso: es mejor pensar la seguridad desde un principio. Y es importante que la gente tome precauciones similares en la vida real que en la vida virtual: en la computadora, ejemplifica Cerrudo, también es conveniente no hablar con extraños, cerrar bien las puertas, conectar la alarma.

Más allá de las metáforas, es un especialista que sabe llevar a aspectos bien concretos un trabajo que le demandó años de investigación y estudio obsesivo. Cuando Cesar Cerrudo inició su camino no existía internet y el acceso a la computadora tampoco resultaba sencillo.

Desde la Bazán y Busto y sin PC

Hijo de un padre bancario y madre empleada en el Tribunal de Cuentas de la provincia, Cesar Cerrudo es el mayor de cuatro hermanos varones que crecieron por la zona de Monte Caseros y Casiano Calderón. También por el barrio fueron a la escuela. César hizo la primaria en la Pedro Giachino y secundaria entre Bazán y Bustos y el Instituto Juan XXIII. Se interesó por la electrónica y tuvo alguna experiencia en computadoras con una spectrum que llegó a su casa al filo de los 80´.

Sin embargo, a la hora de elegir carrera probó en Santa Fe con ingeniería química, aunque no duró mucho más de un año. La segunda opción fue estudiar analista superior en sistema. A los tres años se recibió de programador.

“Me gustó y cuando empecé no tenía computadora, recién al tercer año de facultad tuve mi computadora. Estudiaba y aprendía más de lo que me daban en la facultad. Me ponía aprender por mi cuenta y ya entonces me gustaba la parte de su seguridad, de hacking. No había internet y los libros eran viejos, resultaba difícil conseguir información actual”, recuerda.

La llegada de internet, el acceso a la red, cambió las cosas de modo definitivo: ya no había restricciones.

“Siempre tuve facilidades con la parte técnica, me gusta tener desafíos, resolver problemas”, dice César y suelta una definición a medida de un libro sobre hackers: “Una computadora te da poder, si la podes programar podes hacer de todo. La limitación es tu conocimiento”.

Dio clases de computación, comenzó a desarrollar programas, se dedicó a investigar y detectar fallas. Observó los problemas de seguridad de uno de los bancos de datos más grandes del mundo. Publicó sus trabajos y ganó renombre y prestigio en el ámbito de su especialidad. Todo eso, aún, con una computadora que no tenía la capacidad necesaria. Empresas de Estados Unidos lo contrataron para desarrollar servicios en seguridad, consultoría en seguridad y herramientas específicas.

Desde 2011 es gerente en tecnología de IO Active, una importante empresa de Estados Unidos, pero además encabeza su propia firma que, desde Paraná, desarrolla software y aplicaciones para móviles a distintos lugares del mundo.

Para dar un ejemplo concreto, explica César, “uno de nuestros clientes es Clow Cheker y recientemente vendió la mayoría de su empresa en 50 millones de dólares. Nosotros habremos hecho el 80% de ese software”.

En la actualidad Argeniss realiza una aplicación móvil para el Gobierno de Entre Ríos. Contempla noticias, cronograma de pagos, boletín oficial y transmisiones en vivo. “Es uno de los muy pocos proyectos que hemos hecho acá”, dice César.

La potencialidad de su empresa es tan amplia que no vislumbra un límite preciso. En realidad sucede en el negocio lo que Cerrudo explica, de modo muy claro, como un principio de un hacker profesional, de uno de los más importantes del mundo en este caso. “Una computadora te da poder, si la podes programar podes hacer de todo. La limitación es tu conocimiento”. Lo dice Cerrudo, desde su escritorio en penumbras, bien cerca de su familia, con ese modo de estar y mirar de quien atraviesa los minutos en un estado de atención permanente, tanto en dirección al sentido en que avanza el universo virtual, como hacia la búsqueda interior sobre el sentido de lo humano.


Hernán Fontana y el éxito que nace de la confianza

El origen fue un negocio de pueblo al costado de la ruta, hoy es una empresa de crecimiento permanente que ha logrado llegar con sus productos a todo el país. Cómo hizo JuliCroc para transformar aquel emprendimiento, de masitas dulces y saladas que consumía el pueblo de María Luisa, a producir más de 200 toneladas por mes de los snacks que se saborean en todo el país. Hernán Fontana, el principal responsable de la firma, realiza un recorrido por el tránsito de la empresa familiar y revela los secretos de un éxito que se funda en la confianza.

Hernán Fontana supervisa cada una de las áreas de la fábrica que lidera y hace ya diez años está instalada en el Parque Industrial de Crespo. Él y su familia, en realidad, vienen de otra parte. El origen es el campo, en la zona de Villa Fontana, pero los comienzos del emprendimiento familiar tiene lugar a la vera de la ruta 12, en María Luisa.

Hoy la empresa produce entre 200 y 250 toneladas al mes de productos JuliCroc, una marca de snacks de amplio alcance nacional y crecimiento formidable, que obliga a Hernán Fontana a una adaptación permanente de un negocio en proceso acelerado de desarrollo.

Una de las claves del éxito, considera el empresario, ha sido, desde siempre, la confianza. Especialmente la confianza de sus clientes, que saben que JuliCroc va a llegar con sus productos frescos y de calidad, a buen precio, en tiempo y forma. Siempre.

“Nuestra filosofía se basa en el cumplimiento y en estar siempre, así crecimos en provincias como Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, que no tienen tanta oferta y reciben la influencia de Rosario y Buenos Aires, con proveedores que los visitan cuando hay excedentes, pero sino, no van”, señala Fontana y explica que “el trabajo de muchos años, con regularidad y constancia, a pesar de paros o piquetes, entregando siempre la mercadería, nos dio la confianza de los clientes. Ahora, directamente nos dicen: producto que fabriques, traelo, porque saben que ofrecemos un negocio con garantía”.

El empresario ofrece la visión de su empresa, ahora, en el primer piso del área administrativa de la planta industrial. En este mismo momento, mientras Fontana analiza de qué modo la firma se fortaleció en épocas de crisis y tomó la ocasión para crecer, en alguna parte de la planta cuatro máquinas extrusoras funcionan de modo incesante para producir la amplísima gama de sancks, cada vez más diversificados, que llevan el sello JuliCroc. El comienzo fue con una sola máquina, de origen brasileño y a un costo de unos 80 mil dólares. Parecía imposible, pero la familia Fontana llegó a la extrusora a través de un crédito, con mucho esfuerzo.

“Ha habido de todo, crisis y bonanzas, pero más allá de los dolores de cabeza que nos provocaron en su momento, hay que decir que las crisis nos ofrecieron grandes oportunidades”, analiza Fontana y recuerda el modo en que la marca ganó clientes y terrenos, aceptando, con todas las dificultades del caso, los bonos federales que las marcas de otras provincias no podían recibir.

También JuliCroc se adelanta en época de vacas flacas, incluso en la actualidad, ofreciendo al público un producto de calidad, pero con notable diferencia de precio respecto a los gigantes del rubro.

“En momento de crisis y de baja de poder adquisitivo, nosotros estamos en un escalón de precios muy buenos en función de la calidad del producto. A la hora de restringir el consumo, en vez de comprar uno de 50 pesos y uno de 20, el cliente nos da la oportunidad de probar nuestro producto y así vamos sumando, peldaño a peldaño, con clientes que nos adoptan y perduran”, define el empresario.

Hernán Fontana tiene 50 años, una historia familiar de mucho sacrificio y tres hijos que van orientando sus inquietudes profesionales en dirección a la empresa familiar: Paola, de 25 años, ya avanza en la tesis de su carrera de ingeniería de alimentos; Franco, de 24, se recibió en Administración de Empresas y Celeste, de 19 comienza Relaciones Públicas.

“La empresa es algo que uno lo fue soñando y forjando durante toda la vida. Con mucha pasión y esfuerzo las cosas a la larga se van dando. Hoy puedo decir que el sacrificio de tantos años dio su fruto y estamos súper contentos porque en esto, en cierta forma, invertimos buena parte de nuestra juventud”, dice Hernán Fontana y piensa, claro, en sus hijos que no necesitarán recorrer el mismo trajín.

El esfuerzo y la constancia a la que refiere el empresario y en buena medida construyeron el perfil de la marca y la confianza con sus clientes, tiene una historia fundada en idénticos valores. El creador fue Pascual Fontana -padre de seis hijos- y el inicio fue en aquella panadería al borde de la ruta 12, en Aldea María Luisa. Ahí cerquita, además, estaba la casa familiar.

Hernán, como sus hermanos, comenzó a trabajar en el negocio con la misma naturalidad que un chico aprende a leer, sumar y restar. Ya tenían la experiencia de trabajar un campo de su familia, que con el desarrollo de la panadería fue quedando de lado. A las 2 de la mañana sus padres ya estaban arriba. Había que hornear el pan que había sido amasado la tarde anterior. Todo tenía que estar listo antes de las 5.30 para que los repartidores que viajaban a Paraná pudieran llevarse la mercadería. Los bizcochos y las facturas, también, se requerían, a punto justo, ni bien -como dice Hernán- comenzara a despertar la ruta pasadas las 6 de la mañana.

La fabricación de galletitas, dulces y saladas, fue el primer paso hacia lo que hoy es JuliCroc. La comercialización de los primeros productos comenzó a funcionar muy bien, pero justo a tiempo observaron que había otro rumbo posible: “Vimos que el snack era un producto que  se fabricaba poco y se consumía mucho”, recuerda Fontana.

Ese fue el principio de la empresa que hoy emplea a unas 78 personas y que llega con sus snacks a todo el país y también con sus galletitas, decididamente volcadas al consumo para personas con celiaquía.

El sueño de los Fontana, que maduró a la vera de la ruta 12, hoy crece en el Parque Industrial de Crespo y su nombre se expande por el país, con la vitalidad y el entusiasmo que solo pueden lograr los proyectos creados desde la pasión por hacer.


Ricardo Guimarey, más allá de los negocios

Es el Presidente de Lafedar, un laboratorio entrerriano con alcance internacional que extiende sus posibilidades y sus fronteras día a día. Antes de dedicarse a la vida empresarial, Guimarey fue un arriesgado piloto de Turismo Nacional en las sierras cordobesas, visitador médico a los 17 y jefe zonal de una compañía prestigiosa poco después de alcanzar la mayoría de edad. Esta entrevista revela el otro lado del licenciado Guimarey: los viajes, los trayectos y los orígenes del hombre que encabeza una firma que representa a la provincia en el mundo.

Es una cuestión de ritmos. Cada persona marcha a la velocidad que le indica la comunión entre sus posibilidades y sus intenciones, entre sus capacidades y los requerimientos externos. Ricardo Guimarey, se nota, va rápido. Atiende diferentes asuntos a la vez con naturalidad y una actitud de presente intensidad. Está ahí, en eso, plenamente y también esta acá, en la conversación, algo más sereno, con un tono más bajo.

Buena parte de su día está dedicado al devenir de la empresa que formó hace ya casi 20 años. “Es una pasión”, dice y analiza que “en realidad te entretiene y cuando no podés resolver cosas te atormenta, son las dos cosas a la vez, pero es una pasión”, reafirma.

Guimarey es uno de los propietarios de Lafedar, Laboratorios Federales Argentinos. El nombre responde, explica, a una convicción: “Primero porque soy un absoluto federalista, por eso se llama así. Yo creo que la Argentina tiene que ser federal y tiene que crecer desde todos los rincones del país. La gente del interior es buena, sabia y se merece grandes cosas”, define.

Guimarey nació en Buenos Aires, pero hizo su vida lejos de la capital, en principio, en un pueblo serrano de Córdoba, casi al límite con San Luis, rodeado de poetas, guitarreros y corredores de autos.

“Nací en Buenos Aires pero me crié en Córdoba, en Villa Dolores, al oeste de la provincia, en una ciudad chica, muy linda y muy armónica también”.

Único hijo de un matrimonio dedicado al comercio, con negocios de artículos regionales, bazar y cristalería, Guimarey creció en un paisaje amable y sereno, donde se solían congregar los poetas en un tradicional encuentro nacional y donde era habitual y concordante el sonido de las guitarras en las noches frescas al pie de la Sierra Grande.

Había, sin embargo, otros caminos menos sosegados para experimentar, que también tenían que ver con la escenografía del lugar, aunque en un sentido diametralmente opuesto a la inspiración poética: la pasión por los fierros.

“Yo corría en auto, en la misma época con Jorge Recalde, entré porque éramos todos medio corredores de autos, algo muy arraigado en la zona. Yo lo hice en Turismo Nacional, era una categoría que se corría tipo rally, se hacía el Desafío de los Valientes, Carlos Paz-Mina Clavero, Capilla del Monte-San Marcos Sierra”, enumera.

Como automovilista, se define Guimarey, “era muy intrépido, arriesgado, mi familia no quería saber nada, muchas veces corría a escondidas de mi madre”. Hay muchas anécdotas y una consecuencia de ese pasado de vértigo y adrenalina. En una oportunidad, fue a correr al autódromo de Buenos Aires, era una prueba, un ensayo en circuito cerrado, un espacio poco habitual para un corredor de caminos. En esa pista nueva para él, el auto que conducía salió de cause, volcó y Guimarey fue despedido del coche sufriendo en el impacto una fractura en la columna.

Algunos meses de yeso y una escoliosis como huella, es el recuerdo más fuerte del suceso. También el discurso que debió llevar a casa, para no enojar a su madre. “Le tuve que decir que me había caído del colectivo”, rememora.

Por ese entonces, tras el fallecimiento de su padre, Ricardo Guimarey había comenzado a trabajar como visitador médico con 17 años recién cumplidos. Por desempeño y capacidad, rápidamente se ganó el puesto de jefe zonal y mientras seguía sus estudios de administración de empresas en la Universidad Católica de Córdoba, fue ascendiendo de modo sostenido en una firma de gran renombre nacional: Laboratorios Sintyal.

“Fui jefe de delegación, encargado de congresos, gerente zonal, gerente regional, gerente de interior, gerente de promoción y venta, jefe de licitaciones, hasta ocupar el cargo de director adscripto, ahí me desarrollé, aprendí todo, hasta que me quisieron trasladar a la primer sucursal de la compañía que era en Perú y al final decidí no ir”.

Las razones eran en primer lugar familiares, pero también empresariales. Guimarey tenía sus propios planes y estaban ligados a Entre Ríos donde había llegado como gerente regional de Sintyal, recalando primero en Concordia y luego en Paraná.

La idea de impulsar un laboratorio con sede en la capital entrerriana ya estaba en la hoja de ruta, incluso antes de que junto a su socia desarrollara una distribuidora de medicamentos que perduró durante 12 años abasteciendo a las provincia de Entre Ríos y también Corrientes y Misiones.

“Siempre tuve el anhelo de poner un laboratorio y cuando lo decidí primero lo invité al presidente de la compañía en la que yo trabajaba y ellos como respuesta me dieron un cargo más alto, la adscripción a la dirección y un Torino 76 en el año 77, acá había un solo Torino y era modelo 72”, recuerda.

Finalmente en el año 95, Guimarey funda Laboratorios Lafedar S.A., dejando atrás 29 años de trabajo ininterrumpido para Sintyal, desarrollando bajo el paraguas de ese sello marcas que fueron y son líderes como Ibupirac o Nopucid.

“Empezamos con medicamentos oficinales, hasta que nos aprueban los primeros cinco productos”, describe y especifica que en la actualidad y tras casi 20 años de trabajo “nuestro principal actividad está dada por licitaciones públicas nacionales e internacionales, otro negocio es la exportación y otro la explotación de nuestra marca por terceros, laboratorio a los que le damos la marca y el producto y ellos lo distribuyen”. Algunos de los laboratorios más importantes del mundo adquieren y distribuyen productos elaborados y desarrollados por Lafedar.

Pakistan, Vietnam, Marruecos, son algunos de los últimos destinos que han obtenidos los productos de Lafedar. Además se destaca del laboratorio entrerriano el trabajo con medicamentos que van a países con climas severos, procesados de un modo especial para tolerar durante más de 24 meses un ambiente de altísimas temperaturas. De ese modo se alcanzaron, entre otros, mercados como el de Venezuela, Costa Rica y República Dominicana.

Guimarey acelera una marcha cuando el tema vuelve a ser su empresa, se entusiasma, va más rápido, pero como la charla deriva en los viajes, en el modo de recorrer el mundo de un empresario, el ritmo vuelve a menguar.

“Sí he viajado muchísimo, conozco cuatro continentes, conozco África, Sudáfrica, India, China, Rusia, todo Latinoamérica, todo Centroamérica. Pero cada día me gusta menos porque las misiones son muy alocadas, la última vez hicimos en 11 días cuatro países o tres países en siete días”.

Guimarey, aunque no pueda, preferiría quedarse cerca, en casa, ahí en la zona del parque con una vista espléndida del río y en proximidad de su primer nieto, que está aprendiendo a disfrutar plenamente, cuando aminora la marcha.

 

 


Exportaciones de Entre Ríos Enero-Agosto 2017/2016

A lo largo del año se ha consolidado una tendencia levemente decreciente en las exportaciones de la provincia. Hasta Agosto el nivel de exportaciones de la provincia superó los 752 millones de dólares, lo que significa una leve caída respecto al año anterior. Si se compara con el mismo período del 2016 se observa una caída del -0,7%. En este mismo período, las exportaciones totales de Argentina se mantuvieron virtualmente estables, con una leve contracción del -0,1%.

Acceda al informe completo aquí: Informe com ext ER - Agosto 2017


Ambicioso convenio: la UIER y el CGE dan un paso al frente

Ya se encuentra vigente el convenio marco firmado entre la Unión Industrial de Entre Ríos y el Consejo General de Educación de la provincia, que busca avanzar en la relación entre escuelas técnicas e industrias, con el propósito de desarrollar prácticas profesionalizantes y lograr experiencias positivas para los jóvenes, en sus primeras incursiones en el mundo del trabajo.

El convenio, que fue rubricado por el Gobernador de la provincia, Gustavo Bordet, durante la realización de la 13° Jornada de la Industria, procura dar un paso al frente en “promover y fomentar el desarrollo de prácticas profesionalizantes y demás instancias de relación de intercambio entre las industrias asociadas a la UIER y las escuelas de la modalidad técnico profesional dentro de la órbita de la Dirección de Escuelas Técnicas del CGE”, se indica.

En el texto, el convenio especifica que se define prácticas profesionalizantes a “estrategias y actividades formativas que, como parte de la propuesta curricular, tiene como propósito que los estudiantes consoliden, integren o amplíen y apliquen las capacidades y saberes que se corresponden el perfil profesional en el que se están formando”.

Las prácticas profesionalizantes, se detalla, “son organizadas y coordinadas por la institución educativa, se desarrollan dentro o fuera de tal institución y están referenciadas en situaciones de trabajo”.

La Unión Industrial de Entre Ríos y la Dirección de Escuelas Técnicas del CGE vienen trabajando hace más de un año en una tarea conjunta que ha contemplado visita de directivos y docentes a plantas industriales de la provincia, así como también un permanente intercambio para lograr un marco institucional acorde a los propósitos de confluencia.

En este sentido, los objetivos están muy claros y así se enumeran en el convenio: se trata de “fortalecer los procesos educativos a través de instancias de encuentro y retroalimentación con organismos del sector socio productivo; fomentar la apertura y participación de la institución educativa en la comunidad y establecer puentes que faciliten la transición desde la escuela al mundo del trabajo y a los estudios superiores”

La propuesta incluye pautas respecto a los modos de establecer espacios de encuentro, para avanzar en una iniciativa que ya está ofreciendo resultados en el interés y la expectativa tanto de los estudiantes y docentes, como del empresariado asociado a la UIER.

 


Comenzó una capacitación en diseño de indicadores en Recursos Humanos

El “Taller de diseño de Indicadores en Recursos Humanos”, organizado por el departamento correspondiente de la entidad, comenzó a desarrollarse el pasado viernes en la sede de la Unión Industrial de Entre Ríos, con una Importante cantidad de inscriptos.

Dictado por Eva Céspedes y con muy buena respuesta de las empresas socias, la actividad tuvo el primero de los dos encuentros previstos, destinados específicamente a responsables de RRHH y áreas o profesionales interesados en el tema.

La capacitación consta de un total de ocho horas: la primera clase  se realizó el viernes 6 de octubre, en tanto que la segunda tendrá lugar el viernes 20 de octubre, en el mismo horario.

La propuesta es de sumo interés para las áreas descriptas. En ese sentido, en la convocatoria formulada desde UIER se destaca que “la gestión profesional de los recursos humanos a través de tableros de comandos de control de indicadores es fundamental en las organizaciones”

 


Capacitación: comienza un taller de diseño de indicadores en Recursos Humanos

Este viernes, desde las 13, en la sede de la Unión Industrial de Entre Ríos comenzará a desarrollarse el "Taller de diseño de Indicadores en Recursos Humanos", organizado por el departamento correspondiente de la entidad. La actividad constará de dos encuentros: el siguiente tendrá lugar el viernes 20 de octubre. Importante cantidad de inscriptos.

 

Con muy buena respuesta de las empresas socias, que se vio reflejado en el número de asistentes inscriptos, este viernes comienza una nueva iniciativa dedicada a capacitación en la sede de la Unión Industrial de Entre Ríos.

Desde las 13, organizado por el Departamento de Recursos Humanos de la entidad, dará inicio el "Taller de diseño de Indicadores en Recursos Humanos", específicamente destinado a responsables de RRHH y áreas o profesionales interesados en el tema.

La capacitación contará de dos jornadas, con un total de ocho horas: la primera se realizará este viernes, de 13 a 17, y la segunda tendrá lugar el viernes 20 de octubre, en el mismo horario.

La propuesta es de sumo interés para las áreas descriptas. En ese sentido, en la convocatoria formulada desde UIER se destaca que “la gestión profesional de los recursos humanos a través de tableros de comandos de control de indicadores es fundamental en las organizaciones”


Actividad Industrial - EMI 08-17

INDEC difundió el Estimador Mensual Industrial del mes de Agosto 2017. Según el mismo la actividad industrial del país aumentó 5,1% respecto al mismo mes del año anterior. De esta forma, la evolución acumulada enero-agosto del 2017 aumentó 1,4% en referencia al mismo período del 2016.

Para la comparación del mes de agosto de 2017 con respecto al mismo mes de 2016, se observan subas en: la metalmecánica excluida la industria automotriz (20,2%), las industrias metálicas básicas (19,0%), los productos minerales no metálicos (8,6%), la industria automotriz (7,1%), la refinación del petróleo (6,4%), los productos de caucho y plástico (5,3%), la industria del tabaco (5,0%), la edición e impresión (4,5%), el bloque de papel y cartón (3,7%) y la industria química (0,5%). Por otra parte, para la misma comparación se registran disminuciones en la industria alimenticia (-2,6%) y en la industria textil (-2,3%).

 

Fuente: http://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/emi_09_17.pdf